domingo, 27 de junio de 2010

No voy a escribir los versos más tristes esta noche!

No voy a escribir los versos más tristes esta noche,
sólo diré lo que en mi alma siento
que el tiempo que te tuve fue un derroche
que quiero que mis penas se las lleve el viento.

No cantaré una canción desesperada
aunque no pueda, resistiré el aliento
asumiré, que no estás en mi morada
que volaste buscando mejores tiempos.

No estoy cerca ni tantito de mi ocaso
soy la muerte que en persona me fustiga
pues ayer caminábamos del brazo
pero hoy cada quien tiene su vida.

Que me muero, puede ser, probablemente
que así siento, que me aguanto, que me asfixio
pero río delante de la gente
¿Cuánto tiempo viviré con este vicio?

Puede ser que  no sepas que te extraño
puede ser que tu ignores mi dolor
más las penas, si se curan con los años
y tal vez, a lo mejor, vuelva el amor.

Yo fui buena y te quise con locura
y te dí mi juventud a manos llenas
hoy la loca se hace cuerda y procura
disfrutar su libertad con voz serena.

Vuelve pronto! Ya no vuelvas! qué mas dá
sólo quiero que termine este día
ser sincera, ser abierta y con verdad
arrancarle mil sonrisas a mi vida!

No te escribo, no eres tu a quien yo invoco
mas parece que a ti fueran mis sonetos
es verdad, que me estoy volviendo loco
y olvidarme de ti será un gran reto!

Que no duermo, es verdad, pues estoy sola
ya que antes dormía junto a tu cuerpo
te alejaste y tu amor se fue como una ola
me dejaste y ahora estoy ya casi muerto.

Pero qué digo! si aún tengo algunos días
puedo cantar, puedo volar, correr veloz
te juro que pensé que moriría
mas hoy me acurrucó la voz de Dios!

Ya no llores, me repito, ya no llores,
hace tanto que no ríes a carcajadas
sólo inténtalo amor de mis amores
y muy pronto acabará la madrugada!!

domingo, 30 de mayo de 2010

Quién diría, hechar la flojera te hace pensar lo inimaginable!!

La vida tiene sus momentos serios pero en serio que no hay que tomarnosla tan en serio.


Hoy por la mañana a las 6 de la mañana abrí mis ojos y aún tenía sueño, sólo me levanté a hacer el recorrido matutino que hacen tooodas las personas, e hice la visita oficial al lugar de la casa preferido por excelencia y más visitado a esas horas, donde el tráfico matinal nos hace pegar uno que otro corajillo. Regresé a la cama y ME PUDE VOLVER A DORMIR hasta casi las 9!! y lo más extraño de todo era que quería seguir acostada y hubiera podido seguir durmiendo pero me remordió la conciencia y me levanté irresponsablemente a la computadora, pero antes bajé a prepararme un vaso de leche con unas galletas "Marías" porque en mi fuero interno estaba decidida a hechar la flojerota!!

Pero no se crean que el motivo de mi entrada en este blog se trata de esto sino de que me levanté con una pregunta en mi cabeza que no me deja despegarme de la compu ¿Por qué las personas, cuando se trata de gomitas, panditas y hasta de dulces extranjeros, preferimos los rojos?

¿Habrá alguien que tenga la respuesta y quiera contestarme?


domingo, 25 de abril de 2010

Quién diría ayer casi me mato... y no soy suicida!!!

Cómo empezar? Les contaré la historia.

Hace algunos días llegué a esta nueva ciudad y por razones que no vienen al caso comentar, comencé a andar  en un carrito "retobón", es buen carro, pero tiene el acelerador muy alto y yo había andado en puro bueno, casi saliditos de agencia ( jaja); el asunto es que por primera vez me dejaron sola para darme una vuelta mientras esperaba a una persona para devolverla a su casa sana y salva.

Así que andábamos juntos el carrito y yo, y cuando me tocaba regresar a recoger a la persona antes dicha, me dieron una mala instrucción (hay que saber que cuando dices da vuelta en "u" es eso y no otra cosa y no pretendo culpar a nadie más pero yo obedecí al pie de la letra) y en una avenida principalísima como la "López Portillo" llamada "Agua caliente" me dí vuelta en "u" y comencé a acelerar, primera ... segunda ... tercera ... cuarta ...y de pronto ante mis ojos ocurría un milagro: EL FLUJO DE LOS CARROS  SE ABRÍA ANTE MI, TAL Y COMO MOISÉS ABRIÓ LAS AGUAS DEL MAR y pensé: "Algo aquí anda mal, debo decir que mientras los carros a mi izquierda pasaban rápidamente no percibí nada malo pero cuando comenzaron a pasar hacia el mismo sentido de mis dos lados ... y escuché un sonido de asombro en las personas de afuera y la gente se me quedaba viendo de manera extraña pensé sumamente sobresaltada ALGO AQUÍ ANDA MUY MAL!!!!! y me orillé a la orilla (como dicen en mi pueblo)  mas cercana y recapitulé; si nadie va detrás de mi y todos van hacia un solo lado ............. VOY EN SENTIDO CONTRARIO!!!
Entonces mi primer pensamiento fue, me voy a meter en el primer estacionamiento voy a dejar el carro y tomaré un taxi y traeré a la persona para que me ayude a salir de aquí, pero NO HABÍA NINGÚN ESTACIONAMIENTO, entonces decidí seguir en sentido contrario en primera velocidad, por supuesto, y dar vuelta en la primera calle que me llevara en el sentido correcto aunque no fuera la calle que necesitara tomar para llevarme a mi destino, pero necesitaba imperiosamente dejar de causar asombro y sobre todo salir del peligro! y así lo hice, encontré las referencias que me estaban dando vía telefónica y llegué como media hora después a recoger a la persona que me esperaba.

Cualquiera que lea esto seguramente lo leerá con asombro y sé que no es para menos pero les diré a esos mismos que se asombren, que yo, después de salir del asombro, estoy felíz porque YA TENGO ALGO MÁS QUE CONTARLE A MIS NIETOS.

Ayer no me levanté pensando: "El día de hoy voy a cometer la estupidez más grande de mi vida" sino que las cosas pasan y te enseñan. Puedo decir que ayer aprendí el sentido correcto de la avenida "Agua caliente" y algunas otras características más de ella, pero lo que me hace contar esta "doriaventura" es:
1.- Quiero ser yo la que la cuente y le dé el sentido correcto.
2.- Es demasiado para reservarlo sólo para mi
3.- Fue una impresión muy grande

Sólo me resta decir que pensaba hacer toda una reflexión de esta anécdota pero al final decidí que debo reírme de la vida ... mientras todavía la tenga! jaja

miércoles, 14 de abril de 2010

Quien diría ... soñar no cuesta nada y a veces es lo último que hacemos.

Quién diría, los sueños realmente impulsan, sostienen y revelan.

Estoy despierta, cuando debiera estar dormida, pero resulta que acabo de tener un sueño revelador y aprovechando la facilidad de tener una computadora en mi cuarto por la bondad de mis hijos (Aaron y Esther) me levanté en el medio del silencio y la obscuridad para escribir.

Tuve un sueño, en el cuál recordé, la mujer que un día fui, lo más espectacular de este sueño fue, que a pesar de los últimos acontecimientos en mi vida, pude ver en el sueño la frescura, la alegría y la fuerza en mi rostro. Saben? hacía mucho tiempo que no miraba esas características en mi, sólo podía ver las líneas que el paso del tiempo ha dejado en él. Pero soñar esto creo que se debe a tres acontecimientos específicos en mi vida: Una encuesta, una respuesta y el enfrentamiento con la realidad desde un lugar seguro.

Desde que llegué a esta ciudad, fui recibida con cariño e interés cual hacía mucho tiempo no sentía hacia mi persona y dentro de esas muestras de cariño fui invitada a trabajar haciendo encuestas, una de las preguntas de la encuesta decía cómo ve a México en la actualidad económicamente hablando, mejor o peor? y la siguiente pregunta decía; cree que para el siguiente año la situación mejore o empeore o siga igual? y pude ver cómo las condiciones y circunstancias que rodeaban a las personas dictaban su respuesta, llegó un momento en que casi podía adivinar antes de hacer la pregunta lo que la gente respondería de acuerdo a lo que mis ojos veían, pero noté algo que fue importante y clave para llegar a este momento de mi vida; la gente joven a pesar de las circunstancias que los rodeaban veían que las cosas iban a mejorar, que la gente mayor se ha rendido, que no ha perdido la guerra pero que ya se cansó de pelear.

El último acontecimiento tiene que ver con mi realidad; ayer tuve un ligero enfrentamiento conmigo misma en una discusión entre esposos y me dí cuenta que nada puedo hacer ya por el pasado y las cosas que ocurrieron en él, lo cual me dejó sumamente triste y creo que fue lo que me provocó soñar.

Me acosté tarde, cansada y muy triste, mis ojos habían estado llorando mucho y mi corazón realmente se sentía abatido, pero en el sueño (que es la segunda vez que lo sueño) me veía detrás de un micrófono, con la cara joven y sonriente, con una convicción al hablar acerca de lo que estaba hablando y pude ver la mujer que un día fui; fresca, alegre y fuerte. El sueño se ubica en una etapa de mi vida donde fui muy feliz y me sentía enfocada, anunciaba un libro que me había gustado mucho y el cual recomendaba ampliamente y cuando desperté, me dí cuenta de que he dejado de hacer muchas cosas que hacía con regularidad y que VOY A RETOMAR, porque he descuidado a esa mujer que un día fui. Una mujer que se apasionaba con un libro y que se cultivaba, una mujer que creía en sí misma, en lo que estaba haciendo, una mujer que compartía a los demás de lo que aprendía.

Cómo puedo esperar gustarle a los demás si no me gusta a mi misma lo que miro en el espejo y mucho menos lo que hay detrás de las líneas del tiempo.

Así que me levanté en medio de la noche y decidí escribir mi sueño y mi condición actual, intentando con esto dejar una marca como la segunda huella en el avance de la segunda parte del resto de mi vida.

Quién diría, los sueños no sólo se  hacen realidad, sino que los sueños a veces fueron la realidad que nos hace falta recordar para encontrar nuevamente el camino y volver a ser: La mujer que un día fui.

lunes, 8 de marzo de 2010

Quién diría... no soy quien creí ser. Y estaba segura que lo sabía.

Quién diría no soy quien creí ser.

De pronto estando en casa sola se me vino a la mente una gran pregunta. ¿Quién soy yo?

Pregunta que estoy segura todos nos hemos hecho alguna vez o algunas veces. A lo cual, en esta ocasión, me respondí a mi misma: "Mi misma, eres un viaje animoso, espectacular y divertido".

El tiempo de la escasez ha quedado atrás porque no hay nada más cierto que aquella frase que dice: "Nada es verdad, nada es mentira todo depende del cristal con que se mira". Porque también he aprendido en estos tiempos que: "El descubrimiento no es ver nuevos paisajes, sino ver con otros ojos las mismas cosas". O lo que es lo mismo: "Si piensas que puedes o piensas que no puedes en cualquiera de los dos casos tendrás razón".

Hay momentos en la vida, que debemos comenzar a dejar que el alma sueñe; para que el horizonte interno se amplíe y vivamos la extraordinaria experiencia de volar. Como cuando un avión nos lleva por encima de las nubes a más de 36000 pies de altura, a once horas de distancia del lugar a donde queremos llegar y con 10 horas de espera para tomar el siguiente vuelo que nos llevará a nuestro destino final.

Porque todas las personas en este mundo, mujeres u hombres, necesitamos ser  inyectados de nuevos sueños y nuevas ganas de vivir, porque todos debemos tener una nueva oportunidad. Aunque parezca un proyecto ambicioso de alguien descocado con muchas complicaciones enfrente, para que cuando estemos de regreso, nos sintamos llenos de gratitud al Señor porque lo logramos y estamos llenos de energía.

Yo sé que hacer un viaje te hace felíz, hacer muchos viajes te hace mucho muy felíz, pero ser un viaje es ser toda una aventura permanente.

Dicen por ahí que los cuarenta son los nuevos 18 y yo, no puedo estar más de acuerdo con eso.

Seas mujer o seas hombre decide cosas lindas siempre a tu favor porque lejos de que eso te haga egoísta necesitas estar lleno para poder dar o darte a otros.

Quién diría que antes creía ser una mujer y ahora me doy cuenta que soy lo que no pensé llegaría a ser: "Un viaje, animoso, espectacular y divertido". Y tú quién eres?

Dedicado a todos aquellos que como yo han decidido hablar aunque nadie quiera escuchar y/o aunque nadie quedara en sus vidas después de que las bombas explotaron. Los que lo han vivido me entenderán, y si no, en mi próxima entrada hablaré de ello.

Con cariño para el mundo: Doris.

miércoles, 17 de febrero de 2010

Quien diría...nuevo, huuuuuuuuuuuuy qué miedo!

Me encuentro en un momento sumamente extraño, en la posibilidad de comenzar la segunda parte de mi vida y ESTOY ATERRADA!!!!!!!!!!!!

Siempre he pensado que lo nuevo para nosotras las mujeres tiene magia, huele de manera única, no tiene comparación, pero hoy que me enfrento con esa posibilidad real, de iniciar otro momento, quizás hasta una nueva historia, me siento con ganas de correr hacia cualquier lado que me impida tener que enfrentarme a eso nuevo que me espera. No sé cómo lo hayan sentido otras personas a mi edad, pero me siento viva, me siento capaz, soy inteligente y es lo que he querido hacer toda mi vida pero tengo miedo, mucho, mucho miedo, porque no sé hacerlo pues comencé mi vida sin haber llegado a ser un producto terminado y sin embargo, hoy creo que esos tiempos ya pasaron y la vida se encargó de madurarme, enseñarme y traerme hasta acá y QUIERO PROBAR.

Enfrentar una nueva forma de vida no es como estrenar unos zapatos. Quizás han visto a las mujeres comprar zapatos; cuando compran unos, lo han hecho después de haberse probado cientos de ellos y se han quedado con los que "les robaron" la atención desde el primer momento en que los vieron, se los prueban, piden opinión y caminan con ellos sobre una alfombra para "sentirlos". Y después llega el momento de usarlos, de disfrutarlos de presumirlos de que hagan para lo que fueron comprados.

Cuando inicias una nueva forma de vida no es así, no has visto lo que puede suceder o la reacción que provocarás ante los demás; porque la vida no la puedes probar, ni pedir opinión y caminar en ella sobre una alfombra para "sentirla" ni después llega el momento de disfrutarla o presumirla.

 Iniciar es una palabra fuerte, es un principio, es el borde de un posible abismo, o es el borde de una experiencia increíble.

Nunca pensé que lo nuevo fuera tan aterrador, pero estoy aquí y me ha costado tanto trabajo que no pienso regresar, debo llegar hasta el final, estoy segura que fácil no será, no sólo porque las cosas fáciles no me llaman la atención sino porque sé que la elección de vida que estoy haciendo me dignifica, me enriquece, me reta y me hace sentir plena.

 Una mujer a los cuarenta años debería tener solucionada su vida y/o por lo menos no estar comenzando, pero, quién dicta esos parámetros que de pronto sólo ejercen presión sobre los que no tuvimos la oportunidad de hacer las cosas bien desde el principio, quién puede decir cuándo es "el momento", y cuando encontramos un momento, "el momento" de hacer algo inesperado pero que sabes que puede ser bueno, nos ataca la razón y la conciencia propia y de otros. Te llega la ocasión de cerrar tus oídos a los consejos de los demás y seguir tu corazón.

Tengo miedo, mucho, siento que necesito tomarme de algún lado para sentirme segura, de pronto pienso que puede ser una persona, pero no, cuando vas a arriesgarte nadie puede ir contigo, y tal vez nadie quiere ir contigo, porque corres el peligro de caerte.

La gente que me conoce puede sorprenderse al leer estas líneas porque diré que no es común que sea insegura, miedosa o que me den ataques de pánico como el que ahora tengo, pero a ellos y a todos los que lean esto les digo: Voy a soltarme de la cuerda a VER QUÉ PASA!

No sé si estoy al borde de un posible abismo o al borde de una experiencia increible, pero pienso averiguarlo.

miércoles, 23 de diciembre de 2009

Lo estoy haciendo... Sé felíz esta Navidad

Lo estoy haciendo.

Quiero decirte que esta frase por una equivocación extraña me identificaba en el messenger, pero no es mía es de mi hijo mayor y cuando mi sobrina vio la frase aparecer en su cuenta, corrió a ver de quién se trataba, cuando se percató que era de su tía se sonrojó pensando que "lo estaba haciendo y lo estaba diciendo" jajaja, pero el sentido real de la frase viene de estar enfocado haciendo cosas para lograr un objetivo. Hoy quiero compartirte algo que... Estoy Haciendo y que tal vez a ti también te sirva.

Me maravillo de las cosas que los  tiempos de navidad producen en las personas, por alguna razón extraña y oculta (pero que yo si sé), casi todo el mundo se siente dador, y todas las emociones las viven a tope, lo malo es muy malo y lo bueno es extraordinario.
Vivir la vida para algunas personas se nos ha convertido en un deporte extremo, pues a veces debemos subir pendientes demasiado complicadas o descender por ríos revueltos y hasta escalar montañas estilo everest o K2.
La gente apasionada como yo, no necesita que llegue diciembre para vivir con las emociones a tope, porque soy intensa, apasionada y fervorosa para todo lo que hago y para amar a quienes amo, pero también para odiar a quienes me han dañado. Lamento tener que reconocerlo así, pero es verdad. 
Y cuando llega Navidad siento que empato con la gente, ya que se desbordan los ánimos y no soy la única loca desquiciada que camina por la calle o con una sonrisa, o con un gesto adusto o con una lágrima en los ojos.
Este tiempo genera cosas extrañas y he visto que te puede hacer que te conviertas en Santa Claus o puede lograr que le des vida al Grinch, porque creo que todos traemos un Santa dentro de nosotros y/o un Grinch también (algunos parece que nos tragamos a los dos, sobre todo por las comilonas de esta fecha verdad?) pero sin excepción de persona, estos tiempos o somos uno o somos el otro pero nadie se escapa.
Una vez dije, si la vida no me sonríe estoy dispuesta a hacerle cosquillas y te aviso vida: Voy a hacerte cosquillas hasta que me sonrías.
 Estos tiempos son tiempos de comprar sin dinero para nosotros mismos los mejores regalos, como ánimo, amor, aprecio, amistad y acercamiento, pues uno no puede dar si no tiene y necesitamos abastecernos y llenarnos para después poder abastecer a otros y por supuesto, comprar de lo mejor para también dar lo mejor.
Hoy, después de una recesión económica en el país y aún más en el mundo, debemos despertar en nosotros el sentido de urgencia y creo que debemos comenzar por rescatar la historia de amor con nosotros mismos.
Los seres humanos necesitamos de acercamiento, pero por alguna razón hemos desarrollado un miedo a la cercanía, miedo al compromiso, miedo a conocer y a que nos conozcan, miedo a que sepan cómo soy y miedo a saber cómo son los demás y nos hemos apartado de la gente haciéndonos hermitaños, vivivendo lejos estando tan cerca unos de otros. Y mientras más lejos de los demás estamos, más sufrimiento vivimos y hacemos vivir a otros.
La vida es más corta de lo que pensamos, ayer ví un accidente, fue inevitable, las personas que iban  adelante, quedaron atrapadas entre los fierros y no lograban sacarlas, y a veces, por los accidentes en nuestras relaciones con los demás, nos ocurre así, quedamos atrapados entre los fierros, entre las emociones, entre el dolor y la pena entre las malas conductas que nos generan malas actitudes y necesitamos que mucha gente venga y nos ayude para salir, y aún en esos momentos, con tanta gente a nuestro alrededor el  rescate es tardado y requiere de muchos elementos para ayudarnos a salvar nuestra vida. Esos accidentes producen pérdidas cuantiosas, los fierros no son solamente fierros son el esfuerzo y el trabajo de mucho tiempo, la salud, de pronto es tan fragil y tan costosa, los miembros de nuestro cuerpo son únicos y así cada pertenencia se ve amenazada y vulnerable.
El camino de vida no es cumplir metas, la vida es un  hermoso viaje que debemos disfrutar como tal, y que en el trayecto del viaje de la vida vamos cumpliendo metas es otra cosa, pero no perdamos de vista que el objetivo es: DISFRUTAR EL VIAJE.
Si tu en estos días tienes las emociones disparadas, te entiendo, pero pensemos quiénes queremos ser en este tiempo, Santa Claus o el Grinch porque dependiendo del personaje con el que nos identifiquemos es lo cercano que seremos a otros y lo felíces que seremos también.
Te invito a que no vivamos en el lamento, pues el lamento duele porque pensamos  en lo que pude hacer y no hice, lo que pude haber ganado y no gané, lo que pude haber tenido y no tengo, lo que pude haber logrado y no logré. Vivamos en la nostalgia, porque la nostalgia viene de pensar: lo hice, lo probé me gustó y quiero más.
Sé felíz esta Navidad, decide sacar el Santa que tienes dentro y comparte de lo que primero hayas comprado para ti, habiendo ya rescatado esa preciosa historia de amor contigo mismo, porque para dar se necesita amar y primero amarse a si mismo para después amar a los demás, yo... lo estoy haciendo.

Sé muy felíz esta Navidad, verás que tu felicidad contagiará a otros.